miércoles, 3 de diciembre de 2008

Según Ricardo Alonso, "Adiós a la incompetencia"

RICARDO N. ALONSO, EX SECRETARIO DE MINERIA DE SALTA. ESPECIAL PARA EL TRIBUNO.

Pasará a la historia como la peor secretaria de Medio Ambiente de la Nación. Desde que Romina Picolotti asumió en junio de 2006 no hizo otra cosa que trabar emprendimientos productivos con la falsa y falaz excusa del medio ambiente.

Picolotti no estaba preparada para un cargo de tanta seriedad. Ni siquiera era capaz de definir qué era el medio ambiente. Sus ataques a las papeleras de Botnia, con la flagrante mentira de que iban a contaminar, terminaron lastimando profundamente la hermandad con el pueblo uruguayo.

Hoy las papeleras funcionan con los estándares internacionales y son un ejemplo de producción limpia de pasta celulosa que, en nuestro país, estamos lejos de alcanzar. Sus declaraciones contra la minería fueron otro de sus clásicos.

Hizo una serie de apreciaciones erróneas sobre la actividad minera, principalmente la extracción de oro, que demostraron su falta de conocimiento. En ese entonces, en mil rol de secretario de Minería de Salta, fui el único funcionario que le contestó, demostrándole su profunda ignorancia.

Sin embargo, y a pesar de haber visitado Picolotti las explotaciones de oro con uso de cianuro de Cerro Vanguardia, en Santa Cruz, declarando que se hacía todo bajo estricto control ambiental, volvió a atacar la actividad. Impulsó la ley de bosques, que condena a la miseria el desarrollo de las provincias del NOA.

Detrás de la fachada del llamado “bosque nativo” se esconde la imposibilidad de tocar hasta los yuyales y los montes de pocotos. Ultimamente, había apoyado e impulsado la ley de los glaciares, correctamente vetada por la Presidenta, con la cual quedaba imposibilitada toda actividad productiva en la cordillera desde La Quiaca a Tierra del Fuego.

Su relación con dudosas ONG, su falta de compromiso para cumplir con el mandato de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la limpieza del Riachuelo, su militancia antiminera que ahuyentaba inversiones genuinas, su falta de decoro en el uso y el malgasto de los dineros públicos, el nepotismo en los cargos, la incapacidad de gestión, su rol piquetero, el papelón de La Haya, su ideología antiproductivista y tantos otros temas hacían imposible su continuidad en el cargo.

Fuente: EL TRIBUNO DE SALTA

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