Fuente: diario La Nación
BHP, la mayor minera del mundo, reveló el viernes que cuatro de sus principales clientes chinos tratan de cancelar sus contratos para comprar mineral de hierro, en momentos en que el auge de la construcción en el país asiático se ha frenado en seco. La minera anglo-australiana proyectó que sus entregas de aquí a fines de año caerán al menos 20%.
Los precios de los metales se derrumbaron 35% en apenas cuatro semanas el mes pasado, la baja más pronunciada de la que se tenga registro, según Barclays Capital. Los precios del paladio, un ingrediente clave de los convertidores catalíticos de los automóviles, han declinado 70% desde mediados de año ante la disminución de las ventas de autos. La mitad o más de la producción mundial de aluminio no arroja ganancias.
Las mineras, un importante barómetro de la salud de la economía global, están cerrando operaciones y despidiendo a miles de trabajadores en Sudáfrica, Australia, Canadá y Rusia.
Rio Tinto recortó la semana pasada el 10% de su producción de mineral de hierro, siguiendo los pasos de la brasileña Companhia Vale do Rio Doce, el mayor productor mundial de mineral de hierro. El jueves, Xstrata PLC anunció el cierre de dos minas de níquel en Canadá. Alcoa Inc. ha eliminado alrededor del 15% de su capacidad anual.
Casi todos los minerales se han visto afectados. El precio del molibdeno, que le da su fortaleza al acero, ha caído 60% a US$ 12 la libra (454 gramos) en los últimos doce meses. Los fundidores de estaño en Indonesia, que representan cerca del 25% de la producción mundial del metal, han detenido sus operaciones.
Durante los últimos años, la minería se ubicó entre los sectores de mayor crecimiento de la economía mundial, estimulando la inversión en lugares empobrecidos pero con abundantes recursos naturales como Africa.
Otro gallo canta cuando la demanda china se modera y los consumidores gastan lo menos posible. En los últimos días, el mayor productor mundial de ferrocromo, un material utilizado para fabricar acero, informó que cerrará seis fundiciones en Sudáfrica. Un proyecto de titanio de US$ 25 millones en Kenia fue postergado.
La gran pregunta es si estos recortes, a pesar de ser considerables, bastarán para estabilizar los precios y la industria. Con los actuales precios de mercado es difícil ganar dinero explotando minas, que tienen altos costos laborales y de equipamiento, y que consumen mucha energía. Alrededor de 30% de las minas de níquel y 15% de las de zinc arrojan pérdidas debido al declive en los precios.
Los problemas causados por los cierres son particularmente graves en lugares que dependen casi exclusivamente de la minería. Las minas suelen estar en lugares de difícil acceso donde son el mayor empleador del pueblo y los cierres pueden llegar a devastar las economías locales.
Hace dos semanas, Blue Note Mining cerró su mina de zinc y plomo en Bathurst, una localidad de 12.000 habitantes cerca de New Brunswick, Canadá. Los empleados más jóvenes probablemente se irán, asegura el alcalde Stephen Brunet. Pero el cierre es especialmente duro para los trabajadores mayores, muchos de los cuales fueron despedidos de la papelera del pueblo hace unos años. "Ya han comprado sus casas y no es probable que se muden", afirmó.
A lo largo de Africa, muchos proyectos nuevos que iban a comenzar este año y el próximo, incluyendo minas de uranio, hierro, mineral de hierro y titanio, se han aplazado. Esto es un problema para el continente, que había estado disfrutando de un auge económico poco habitual.
En los últimos años, la minería había catapultado las tasas de crecimiento a sus niveles más altos en décadas, ofreciendo la esperanza de acabar con los ciclos de pobreza. Los espasmos económicos no se limitan a los países pobres. Algunos economistas temen que el bajón de la minería contribuya a arrastrar a Australia a una recesión.
El súbito cambio de dirección es notable en una industria cuyas ganancias aumentaron 20 veces en los últimos cinco años, trepando a US$ 80.000 millones en 2007 desde 4000 millones de 2002. Hace apenas unos meses, las mineras tenían problemas para contratar suficientes trabajadores para satisfacer una demanda global sin precedentes.
El negocio minero ha atravesado antes por ciclos y es notoriamente volátil. Los analistas, sin embargo, no recuerdan una caída de precios más repentina y pronunciada que la actual.
El bajón, en todo caso, está en pañales y los precios podrían repuntar si el mercado inmobiliario de China recupera su vigor. China, India y otros países en desarrollo necesitan cuantiosas cantidades de cobre, zinc y otros metales en su ofensiva por alcanzar los estándares de vida de las economías desarrolladas. China, por ejemplo, sólo consume una cuarta parte del cobre por habitante que Alemania.
Durante el ciclo de caída, a fines de los años 90 y principios de esta década, las mineras recibieron una paliza. Los precios del cobre, por ejemplo, bajaron 50% después de la crisis asiática de 1997 y el estallido de la burbuja tecnológica en Estados Unidos en 2001.
BHP, predecesora de BHP Billiton, acumuló pérdidas de casi US$ 3000 millones en 1998 y 1999 y tuvo que pasar por una importante reestructuración antes de que pudiera ser reanimada. Rio Tinto, en tanto, despidió empleados en sus operaciones de cobre en Utah. Otras empresas simplemente quebraron.
La industria minera no se recuperó hasta que comenzó a despegar la demanda en China alrededor de 2002 y 2003.
Esta vez, es probable que las mayores mineras -incluyendo BHP Billiton, Companhia Vale do Rio Doce, Anglo-American y Barrick Gold- aprovechen la desaceleración para intentar quitarle mercado a rivales pequeños que proliferaron en los últimos años cuando era más fácil recaudar capital. Aunque buena parte de estas mineras más pequeñas tienen un alto endeudamiento, los grandes grupos mineros han acumulado formidables reservas y están a la espera de una oportunidad para comprar estas empresas a precios de liquidación.
La crisis financiera ha exacerbado la volatilidad de los precios, pero la raíz de los problemas radica en el debilitamiento de la demanda, en especial en China.
La economía del país, que durante los últimos años ha absorbido cantidades sin precedentes de materias primas, está perdiendo fuerza. El crecimiento alcanzó 9% en el tercer trimestre, frente a casi 12% en igual lapso del año pasado. En septiembre, la nueva construcción de viviendas cayó 13%, su mayor descenso en una década.
Eso golpea a las mineras donde más les duele. Una buena parte de la demanda china de metales está directamente ligada a la construcción, desde el acero que sostiene los edificios al aluminio que se usa en los electrodomésticos.
La clave está en convencer a los chinos de que es hora de comprar una casa. Pero no abunda el optimismo.
"Creemos que el repunte no se producirá hasta 2010", afirma Nie Xin, director de agentes de bienes raíces para E-House China, en Pekín. Este mercado "es muy frío".
Por Patrick Barta, en Bangkok,
Robert Guy Matthews, en Washington,
y Andrew Batson, en Pekín
Los precios de los metales se derrumbaron 35% en apenas cuatro semanas el mes pasado, la baja más pronunciada de la que se tenga registro, según Barclays Capital. Los precios del paladio, un ingrediente clave de los convertidores catalíticos de los automóviles, han declinado 70% desde mediados de año ante la disminución de las ventas de autos. La mitad o más de la producción mundial de aluminio no arroja ganancias.
Las mineras, un importante barómetro de la salud de la economía global, están cerrando operaciones y despidiendo a miles de trabajadores en Sudáfrica, Australia, Canadá y Rusia.
Rio Tinto recortó la semana pasada el 10% de su producción de mineral de hierro, siguiendo los pasos de la brasileña Companhia Vale do Rio Doce, el mayor productor mundial de mineral de hierro. El jueves, Xstrata PLC anunció el cierre de dos minas de níquel en Canadá. Alcoa Inc. ha eliminado alrededor del 15% de su capacidad anual.
Casi todos los minerales se han visto afectados. El precio del molibdeno, que le da su fortaleza al acero, ha caído 60% a US$ 12 la libra (454 gramos) en los últimos doce meses. Los fundidores de estaño en Indonesia, que representan cerca del 25% de la producción mundial del metal, han detenido sus operaciones.
Durante los últimos años, la minería se ubicó entre los sectores de mayor crecimiento de la economía mundial, estimulando la inversión en lugares empobrecidos pero con abundantes recursos naturales como Africa.
Otro gallo canta cuando la demanda china se modera y los consumidores gastan lo menos posible. En los últimos días, el mayor productor mundial de ferrocromo, un material utilizado para fabricar acero, informó que cerrará seis fundiciones en Sudáfrica. Un proyecto de titanio de US$ 25 millones en Kenia fue postergado.
La gran pregunta es si estos recortes, a pesar de ser considerables, bastarán para estabilizar los precios y la industria. Con los actuales precios de mercado es difícil ganar dinero explotando minas, que tienen altos costos laborales y de equipamiento, y que consumen mucha energía. Alrededor de 30% de las minas de níquel y 15% de las de zinc arrojan pérdidas debido al declive en los precios.
Los problemas causados por los cierres son particularmente graves en lugares que dependen casi exclusivamente de la minería. Las minas suelen estar en lugares de difícil acceso donde son el mayor empleador del pueblo y los cierres pueden llegar a devastar las economías locales.
Hace dos semanas, Blue Note Mining cerró su mina de zinc y plomo en Bathurst, una localidad de 12.000 habitantes cerca de New Brunswick, Canadá. Los empleados más jóvenes probablemente se irán, asegura el alcalde Stephen Brunet. Pero el cierre es especialmente duro para los trabajadores mayores, muchos de los cuales fueron despedidos de la papelera del pueblo hace unos años. "Ya han comprado sus casas y no es probable que se muden", afirmó.
A lo largo de Africa, muchos proyectos nuevos que iban a comenzar este año y el próximo, incluyendo minas de uranio, hierro, mineral de hierro y titanio, se han aplazado. Esto es un problema para el continente, que había estado disfrutando de un auge económico poco habitual.
En los últimos años, la minería había catapultado las tasas de crecimiento a sus niveles más altos en décadas, ofreciendo la esperanza de acabar con los ciclos de pobreza. Los espasmos económicos no se limitan a los países pobres. Algunos economistas temen que el bajón de la minería contribuya a arrastrar a Australia a una recesión.
El súbito cambio de dirección es notable en una industria cuyas ganancias aumentaron 20 veces en los últimos cinco años, trepando a US$ 80.000 millones en 2007 desde 4000 millones de 2002. Hace apenas unos meses, las mineras tenían problemas para contratar suficientes trabajadores para satisfacer una demanda global sin precedentes.
El negocio minero ha atravesado antes por ciclos y es notoriamente volátil. Los analistas, sin embargo, no recuerdan una caída de precios más repentina y pronunciada que la actual.
El bajón, en todo caso, está en pañales y los precios podrían repuntar si el mercado inmobiliario de China recupera su vigor. China, India y otros países en desarrollo necesitan cuantiosas cantidades de cobre, zinc y otros metales en su ofensiva por alcanzar los estándares de vida de las economías desarrolladas. China, por ejemplo, sólo consume una cuarta parte del cobre por habitante que Alemania.
Durante el ciclo de caída, a fines de los años 90 y principios de esta década, las mineras recibieron una paliza. Los precios del cobre, por ejemplo, bajaron 50% después de la crisis asiática de 1997 y el estallido de la burbuja tecnológica en Estados Unidos en 2001.
BHP, predecesora de BHP Billiton, acumuló pérdidas de casi US$ 3000 millones en 1998 y 1999 y tuvo que pasar por una importante reestructuración antes de que pudiera ser reanimada. Rio Tinto, en tanto, despidió empleados en sus operaciones de cobre en Utah. Otras empresas simplemente quebraron.
La industria minera no se recuperó hasta que comenzó a despegar la demanda en China alrededor de 2002 y 2003.
Esta vez, es probable que las mayores mineras -incluyendo BHP Billiton, Companhia Vale do Rio Doce, Anglo-American y Barrick Gold- aprovechen la desaceleración para intentar quitarle mercado a rivales pequeños que proliferaron en los últimos años cuando era más fácil recaudar capital. Aunque buena parte de estas mineras más pequeñas tienen un alto endeudamiento, los grandes grupos mineros han acumulado formidables reservas y están a la espera de una oportunidad para comprar estas empresas a precios de liquidación.
La crisis financiera ha exacerbado la volatilidad de los precios, pero la raíz de los problemas radica en el debilitamiento de la demanda, en especial en China.
La economía del país, que durante los últimos años ha absorbido cantidades sin precedentes de materias primas, está perdiendo fuerza. El crecimiento alcanzó 9% en el tercer trimestre, frente a casi 12% en igual lapso del año pasado. En septiembre, la nueva construcción de viviendas cayó 13%, su mayor descenso en una década.
Eso golpea a las mineras donde más les duele. Una buena parte de la demanda china de metales está directamente ligada a la construcción, desde el acero que sostiene los edificios al aluminio que se usa en los electrodomésticos.
La clave está en convencer a los chinos de que es hora de comprar una casa. Pero no abunda el optimismo.
"Creemos que el repunte no se producirá hasta 2010", afirma Nie Xin, director de agentes de bienes raíces para E-House China, en Pekín. Este mercado "es muy frío".
Por Patrick Barta, en Bangkok,
Robert Guy Matthews, en Washington,
y Andrew Batson, en Pekín
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