Pocas personas, desde el punto de vista de este sistema corrupto, se juegan como lo hace el Fiscal Federal Dr. Antonio Gustavo Gómez.
Pues bien, como parece ser que la democracia es solo un título usado para jactarse, no es extraño que a una persona que hace justicia, que su meta y tarea es la Justicia, ahora busquen rebuscadamente destituirlo. Seguro que muchos intereses oscuros habrá detrás de todo esto.
A la corrupción no le conviene estar en la lupa de un hombre como el Dr. Gustavo Gómez. Uno de los pocos que tiene al pueblo a su favor. Uno de los pocos que con amabilidad y carisma le abre la puerta a la necesidad de la población.
El fiscal general es una persona incómoda para muchos en Tucumán. No es tucumano. No pertenece a la clase social dirigente que históricamente usufructuó el poder –incluido el judicial-. No es un católico tradicionalista –con lo cual no cuenta con el apoyo de una iglesia muy conservadora- ya que su origen y educación patagónica lo acercan más a obispos de aquella región. No participa en las frecuentes reuniones sociales al que es invitado. Tiene una activa militancia social y recibe en su despacho a cualquier ciudadano que trate de verlo (es criticado por ello por abogados del Colegio de Abogados). Da charlas y conferencias en centros comunitarios, ongs, centros de estudiantes, comunidades aborígenes, etc. No aceptó nunca ser profesor en las universidades locales donde fue invitado a integrarse por cuanto no lo era en un concurso abierto.
Su exclusiva dedicación laboral hace que su ritmo de trabajo sea reprobado por muchos de sus pares. El cargo que ostenta es uno de los más importantes de la administración de justicia federal en el norte argentino con lo cual muchos anhelan ocuparlo. De hecho cuando ganó el concurso dejó atrás a los fiscales federales de la jurisdicción y a profesores titulares de Derecho Penal de las facultades de derecho de Tucumán. Su trabajo se trasluce en la publicidad de sus dictámenes a los que se puede acceder en la página de Internet o concurriendo a su oficina. A conformado un equipo de trabajo a lo largo de los seis años hecho por un grupo de abogados humildes y esforzados que se destacan por su acompañamiento y compromiso en las actividades de la Fiscalía General. Algo inusual en los empleados judiciales de la región.
En definitiva la mayoría de la clase política y empresarial dirigente no vería con malos ojos su remoción. Como ejemplo y en ese sentido la Federación Empresarial de Tucumán (FET) ha tenido reuniones con los diputados Vargas Aignase y Alperovich para neutralizar tanto el impulso dado a las causas por delitos ambientales como tributarios.
El Dr. Antonio Gustavo Gómez es casado con tres hijas. Oriundo de Puerto Deseado –Pcia. de Santa Cruz-. Desde su designación el 19 de Diciembre del año 2001, vive con su familia en Yerba Buena, Pcia. de Tucumán. Su esposa de origen mapuche tiene un pequeño negocio con el que colabora en el mantenimiento del hogar familiar.
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Dirección postal: Los Ceibos 879, Yerba Buena (4107) Tucumán
VAPUMAS – En Defensa de la Vida
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