viernes, 17 de octubre de 2008

Para meditar...

Este aporte que voy a hacerles tiene que ver con nuevos conceptos de pensar y replantearnos qué modelo de desarrollo queremos para nuestras vidas y las de nuestros hijos, y si el modelo minero tiene mucho que ver en esta provincia y de qué manera impacta en las economías locales y en el turismo.

En el diario Pregón del día de ayer 12 de octubre se publicaba un artículo de las comunidades aborígenes de la cuenca de Pozuelos que son lavadores de oro artesanal, los que denuncian que no se los deja desarrollar su actividad, único medio de vida. Y que se les está negando la posibilidad de realizarlo. Me pregunto por qué a las comunidades que viven ancestralmente en la zona y que saben como utilizar sus recursos de manera sustentable se les veda este trabajo y a las empresas que vienen a invertir en maquinaria y en una minería que se lleva miles de litros de agua por día, todo le es más fácil.

Hasta cuando vamos a seguir permitiendo que los recursos naturales renovables y no renovables sigan siendo saqueados de nuestra provincia?

Aquí es donde nos hacemos la pregunta, de qué manera proteger nuestro patrimonio y anticiparnos al futuro daño que podrían causar éstas empresas que quieren instalarse y tratar de evitar que nuestros cerros, valles y quebradas, reservas acuíferas, lagos, ríos y lagunas sean contaminados, como ya está comprobado en las 15 denuncias penales que se investigan por contaminación peligrosa y duermen en el juzgado federal de Jujuy.

Para acercarles una noción de lo que estamos protegiendo les acerco una finalidad del derecho ambiental por el Dr. Caferatta:

Se apunta como fines de esta materia: tornar viable un objetivo primario, macro —objetivo, ligado a la sustentabilidad— y el estado socioambiental del derecho, y de varios objetivos secundarios, microobjetivos, que se refieren, entre otros, a la protección de la salud y seguridad humanas, salvaguarda de la biosfera por sí, conservación del patrimonio estético, turístico, paisajístico, prevención, reparación y represión del daño ambiental, facilidad de acceso a la justicia, transparencia y libre circulación de la información ambiental, eficiencia económica, tutela de la propiedad, conocimiento científico y tecnológico, estabilidad social, democratización de los procesos decisorios ambientales.

Ya hemos dicho que “el derecho ambiental también señala que es un derecho declarativamente cada más solidario,con interdependencia marcada con los derechos a la vida, a la salud, a lalibertad, a la intimidad y con una necesaria simbiosis con el desarrollo económico.

Es pues, a querer o no, un derecho subordinado a otros. Su finalidad es velar por los intereses colectivos, no individuales sino difusos, sobre bienes de uso y goce colectivos. Tiene también en su singular teleología la intención de asumir “la calidad de vida” como valor. Calidad de vida que va de la mano del reconocimiento a la dignidad humana. Tiempo atrás, el notable jurista Guillermo Cano  enseñaba que “el derecho ambiental comprende las normas legales referentes al uso y conservación de todos los bienes, fenómenos, y elementos que componen el ambiente humano, que se integra a su vez, por el entorno natural, formados por los recursos vivos o biológicos y los recursos naturales inertes; y el entorno creado, cultivado, edificado por el hombre y ciertos fenómenos naturales, en tanto influyan en la calidad del entorno desde el punto de vista del interés humano; la doctrina conducente a su formulación e interpretación; las decisiones jurisprudenciales, y los usos y costumbres correlativos.

En el caso de los expedientes administrativos a los que tuve acceso y a los informes de impacto ambiental pude comprobar que no cumplen con la normativa internacional , nacional y provincial. Ni el convenio 169 de la OIT para pueblos orginarios donde se les debe dar participación en la gestión de sus recursos naturales, ni la ley de presupuestos mínimos 25675 que es una ley nacional del ambiente que debe ser obligatoriamente aplicada en todas las provincias y que enumera los requisitos que deben cumplir los informes de impacto ambiental que en nuestra provincia NO se aplican.

Aquí se trata de ir más allá de la pregunta de MINERÍA SÍ O MINERÍA NO.

Aquí tenemos que plantearnos de qué  manera salvaguardar nuestras fuentes de vida ante la mirada de un gobierno avasallante de nuestros derechos fundamentales, y evitar el daño, protegernos.

Es sabido que la actividad minera a los pueblos de nuestra provincia nada le dejan, que las regalías son del 3% en boca de mina, que los puestos de trabajo que ofrecen no exceden de 400, se instalan y en 9 años termina la actividad y se van con nuestros recursos no renovables dejando a su paso comunidades desiertas, migración de los jóvenes a las villas de Bs. As. escuelas enteras que tienen el agua contaminada que beben los niños, como la escuela en Casa Grande.

Se han pedido cateos en zonas reservadas y protegidas, áreas naturales , reservas de Biosfera, en el Patrimonio de la Humanidad, en el camino del Inca.

Hoy se habla de preservar nuestros bienes, comencemos a pensar que todos éstos mega proyectos contribuyen al calentamiento global y si es éste realmente el modelo de desarrollo que queremos, teniendo una provincia riquísima,donde se podría alentar las economías regionales, el desarrollo local, la minería artesanal, la cría de llamas, y ganado menor, el comercio legal de la lana de vicuña, altamente cotizada en los mercados internacionales, políticas claras para poder vender nuestros productos y que se nos permita poder crecer, la carne de llama no se puede vender porque no puede salir de Jujuy cuando es requerida en todo el país,nosotros vamos a permitir tanta destrucción?

En el diario Pregón de hace unos días salió un artículo de las comunidades de las Salinas Grandes preocupados por la sustentabilidad de su actividad ya que no hay control del turismo que no respeta las culturas y tradiciones del lugar.

Ellos se preocupan… y desde el gobierno no tenemos respuestas firmes ni sólidas en lo que refiere a la vida, la salud de los pueblos.

Me voy hacia una respuesta más ecologista todavía El hombre que hoy conocemos no ha logrado liberarse de las condiciones opresoras de la naturaleza, porque aún no ha aprendido a utilizar con sentido liberador las fuerzas que ella le ofrece. El hombre de las sociedades dependientes vive sometido al hambre, a la miseria y a la enfermedad, condiciones que le impiden el acceso a una vida digna, agradable y segura. Y el hombre de las sociedades industrializadas, el hombre del confort, producto de la sociedad de consumo, vive como un animalito domesticado por los mismos objetos de su comodidad, reducido a su función productiva y amenazada de muerte o de inanición por las mismas máquinas que inventa.

El hombre ha creado hasta el momento dos modelos de relación con la naturaleza. El primero es el modelo de adaptación. Como cualquier familia animal, un grupo humano se adapta a las condiciones geográficas que le impone el medio y crea una forma de vida rudimentaria que le permite sobrevivir sin grandes cambios a través de muchas generaciones. Es el modelo de vida de los pueblos primitivos, que aún perdura entre la población perteneciente a los pueblos subdesarrollados. El segundo modelo es el de explotación de la naturaleza. El hombre, valiéndose de técnicas cada vez más sofisticadas, somete a la naturaleza a la sobreproducción, extrae de ella sus recursos renovables y no renovables hasta agotarlos, y crea grandes complejos industriales y urbanos que contaminan el ambiente hasta deteriorar e incluso destruir las condiciones biológicas del mismo.

            La creciente utilización de tecnología trae consigo un aumento proporcional del deterioro ecológico, cuyas consecuencias futuras se procura infravalorar. El productor sólo se preocupa de producir y el consumidor sólo de consumir. El deterioro de las condiciones naturales de vida obliga a aumentar la producción de correctivos, dando lugar a un círculo vicioso del que no sabemos escapar. El nuevo cuerpo tecnológico que la humanidad se ha ido formando, es un cuerpo antinatural que, en tanto en cuanto destruye la naturaleza destruye las propias posibilidades de vida futura, ya que es parte de la misma naturaleza. Entre ambos modelos se abre el reducido abanico de posibilidades que tienen los pueblos para conseguir mejores condiciones de vida, y ese es el ecologismo.


Silvana Morel - Abogada

Asamblea Socio Ambiental del NOA                                                               

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