También padecemos la otra crisis, la ambiental. Aunque en éste caso es mas dificil para cada uno darse cuenta en que forma lo está afectando y, según la región en la que vivamos, seguramente los efectos serán percibidos de diferente forma.
Ahora bien, la crisis ambiental es precedente a la financiera, ya que hace al menos 40 o 50 años que los primeros científicos comenzaron a notar cambios en la atmósfera que no eran naturales y a relacionarlos con las actividades humanas.
La crisis financiera, al ser de tamaña magnitud, seguramente generará consecuencias climáticas, ya que debido a ella se están modificando en forma global procesos tales como la agricultura, la producción y el consumo de bienes y servicios y la pobreza.
La disminución de la producción y consumo de bienes y servicios, analizada de forma singular, podría tener un efecto beneficioso ambientalmente hablando, ya que no sólo se producen menos emisiones sino que a su vez también se reduce el volumen de residuos generados. Pero al mismo tiempo, es probable que las empresas cuyas ganancias se vean acotadas, destinen menos recursos al cumplimiento de los estándares ambientales, como así también a la investigación de nuevas tecnologías tendientes a reducir la contaminación de sus procesos productivos. También sabemos que la mayoría de esas empresas tratara de preservar sus ganancias reduciendo o congelando salarios, despidiendo personal, y otras medidas similares por lo que, como siempre, los mas afectados por la crisis serán los mas pobres. Aumentara la desigualdad en la distribución de la riqueza, y muchos ricos aumentaran sus fortunas.
Cada arista tiene sus particularidades, así, por ejemplo, la disminución en el consumo de papel, debería reducir en cierta medida su producción y eso debería influir en la tala de bosques para ser reemplazados por monocultivos de árboles, con gran nocividad ambiental y en los volúmenes de producción de las pasteras y papeleras. Un caso similar sería el del consumo de metales y la minería.
Y por supuesto que a la cabeza tenemos la mengua en la producción de automóviles, con el plus de que además el aumento del parque automotor tiene graves consecuencias por el acrecentamiento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Otro ejemplo interesante podría ser la disminución del consumo de aparatos tecnológicos que funcionen con pilas o baterías.
La agricultura también tiene lo suyo. El valor de la soja, por ejemplo, ha descendido en los mercados internacionales de los casi 600 dólares la tonelada a principios del 2008, y hoy apenas supera los 300. En caso de continuar ese marcado descenso posiblemente se comience a reducir su producción, claro está que dependiendo también de las medidas que se tomen para restringir su utilización para la producción de combustibles.
Volver a una agricultura mas diversa, sería no solo importante ambientalmente, sino que también favorecería a las economías locales, al empleo de campesinos y a la soberanía ambiental de nuestros países.
Lo que queda claro entonces es que la crisis financiera tiene y tendrá una importante injerencia en lo ambiental, además de lo social y que ofrece una interesante oportunidad que puede ser aprovechada para reducir impactos ambientales de las actividades antrópicas y construir un mundo mejor para todos Y que, si no lo hacemos, esos impactos ambientales y sociales pueden agravarse mas profunda y aceleradamente. La historia se está escribiendo y nuestra participación será importante para definir cómo será nuestro futuro y el de las próximas generaciones.
Ricardo Natalichio
Director EcoPortal
rdnatali@ecoportal.net
www.ecoportal.net
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