Así lo demostraron análisis de muestras realizados por Secretaría Técnica de Saneamiento Ambiental de Santiago del Estero. Corroboran la presencia de plomo, cromo, manganeso y un altísimo nivel de arsénico. La Demanda Química de Oxígeno (DQO) está prácticamente en su tope. La verificación se realizó la semana pasada, en el marco de una inspección de la que participaron ambientalistas de la Unión de Vecinos del Sur, tras detectarse una enorme mortandad de peces en el embalse de Río Hondo, aún sin motivos probados.
Los análisis realizados a las muestras de agua tomadas en ríos tucumanos y en el lago del embalse de Río Hondo corroboraron lo que organizaciones ambientalistas vienen denunciando desde hace tiempo: el río Salí y sus afluentes están contaminados con metales pesados. Según pudo determinase, se confirmó la presencia de plomo, cromo, manganeso y una muy alta existencia de arsénico en el agua, (se detectaron 19 microgramos de arsénico por litro de agua, el doble del tope recomendado por el Código Alimentario). Se tomaron muestras de ríos Granero-Marapa, Chico, Gastona, Balderrama, del arroyo Matazambi y del dique de Las Termas. Los resultados de las muestras fueron publicados en la edición de ayer del diario santiagueño El Liberal, que envió a un equipo periodístico a recorrer los cauces de agua naturales en compañía de ambientalistas de la ONG Unión de Vecinos del Sur de Tucumán. En tanto, el estudio fue realizado por Secretaría Técnica de Saneamiento Ambiental de la vecina provincia. Cabe aclarar que si bien algunos de los metales pesados que se encontraron en el agua se encuentran dentro de los valores límites establecidos por el Código Alimentario Nacional, llamó la atención que la presencia de los metales pesados se dé en una época en la que la industria azucarera (uno de los factores más dañinos para la cuenca Salí-Dulce) se encuentra con un funcionamiento mínimo. En este sentido, ingeniero Domingo Rosas, encargado del área de Saneamiento Ambiental sostuvo en declaraciones a El Liberal que la presencia de cromo y plomo, debería estar en niveles más bajos y señaló además que “cromo no debería haber”. Otro factor de preocupación es el elevado nivel de Demanda Química de Oxígeno (DQO), parámetro que permite medir la cantidad de necesaria de oxígeno para la oxidación química de la materia orgánica que hay en una muestra líquida. Rosas explicó que los valores “están próximos a los niveles de saturación dentro de los límites máximos”. Los estudios se realizaron luego de que durante la última semana de diciembre se detectara sobre el embalse una enorme mancha viscosa de 18 kilómetros de extensión junto a una impresionante mortandad de peces que continuó por varios días.
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