A pesar de que por ahora el gobierno salteño no está otorgando permisos de desmontes, y de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación suspendió la continuidad de las deforestaciones autorizadas desde el último trimestre de 2007, en la provincia hay permisos (dados con anterioridad a los tres últimos meses del ante año pasado) para talar 500 mil hectáreas de bosques, revela un informe de la Defensoría del Pueblo de la Nación.
Sobre estas autorizaciones, 106 en total, no existe restricción alguna, porque la provincia de Salta eligió no suspenderlos precautoriamente hasta tanto se tenga un mapa de ordenamiento territorial de los bosques, como sugería el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, por lo que de podrían concretarse en cualquier momento y seguramente es lo que ocurrirá una vez que concluya el período de lluvias del verano.
En la audiencia ante la Corte realizada el pasado 18 de este mes, por la demanda de comunidades aborígenes y criollos en contra de los desmontes, el fiscal de Estado salteño, Ricardo Casali Rey, argumentó ante el Estado salteño consideraba que por el principio de continuidad jurídica y porque estos permisos habían sido otorgados con todos los requisitos de ley, no correspondía suspenderlos.
Ese mismo día la Defensoría del Pueblo dio a conocer un informe sobre la deforestación en Salta que se basa en investigaciones realizadas por este organismo ante denuncias recibidas entre 2005 y 2008.
El trabajo señala que ha desaparecido más del 90% de la selva pedemontana salteña, donde está la Reserva de la Biósfera de las Yungas. Además, en los últimos ocho años se han deforestado más de 600 mil hectáreas de montes, lo que ubica a Salta siete veces por encima del promedio mundial de deforestación.
El informe detalla que en 144 comunidades aborígenes, de los pueblos guaraní, wichi y kolla, están afectadas por los desmontes, ubicados sobre todo en los departamentos Anta, Orán, Rosario de la Frontera, San Martín y General Güemes.
En esta zona 10.854 hogares con necesidades básicas insatisfechas están afectadas por la tala, lo que comprende a unas 250 mil personas. Las especies arbóreas en peligro son, sobre todo, los cedros, tipas, algarrobos, palo blanco, palo amarillo.
Tal como se desarrollan los desmontes y el avance de la frontera agrícola, el informe concluye que se corre el riesgo de sustituir los bosques nativos de alta complejidad biológica por monocultivos anuales de estructura simple, los que pueden provocar el agotamiento del suelo a partir de los cinco años y dar paso a la formación de un desierto.
Fuente: Nuevo Diario de Salta - 23-02-09
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