Para ello, el fiscal ya tiene en sus manos el abultado expediente que le fue remitido hace unos días por el juez federal subrogante Nº 2, Mario Racedo. Cabe recordar que la causa resucitó a fines de mayo del año pasado, cuando la Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán -en un trascendente fallo esperado por los ambientalistas de todo el país- echó por tierra la falta de mérito que había declarado el destituido juez Felipe Terán y dispuso el procesamiento sin prisión preventiva de Rooney como presunto autor penalmente responsable del delito de contaminación peligrosa para la salud previsto en el artículo 55 de la ley nacional de Residuos Peligrosos 24.051.
En ese fallo, los camaristas Ernesto Wayar (presidente), Graciela Fernández Vecino y Raúl Mender, y en disidencia Ricardo Sanjuán (Marina Cossio de Mercau estuvo ausente al momento de la votación), concluyeron que quedó demostrada “la realización de una actividad contaminante del agua a través del derrame de efluentes industriales sin previo tratamiento de descontaminación, en el canal de desagüe DP2”.
Si bien la defensa de la minera apeló la decisión de los magistrados ante la Cámara Nacional de Casación Penal -por lo que eventualmente podría llegar hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación-, Ferrer aseguró que este trámite judicial no tiene efectos suspensivos sobre el curso de la causa en Tucumán.
En su fallo, los camaristas concluyeron que está demostrado que “dicho canal es utilizado como canal de desagüe, para fuente de agua de animales, riego de hortalizas y eventualmente bebida de personas y que el receptor final es el dique de Termas de Río Hondo”.
Una causa que lleva casi una década en la Justicia
La causa contra Minera Alumbrera se inició en 1999 tras una denuncia del ex secretario de Medio Ambiente de la provincia, Juan Antonio González. Concretamente, el biólogo investigador del Instituto Miguel Lillo había denunciado una presunta contaminación producida en el canal de desagüe DP2 donde la minera vuelca sus efluentes industriales. Dicho canal está ubicado en la ruta provincial 302, en la localidad de Ranchillos (Cruz Alta). Allí convergen las aguas que provienen de una planta de filtrado ubicada en esa zona, lugar donde desemboca, por medio de un mineraloducto, el concentrado de mineral que la empresa extrae del yacimiento Bajo La Alumbrera (Catamarca).
Fuente: NOALAMINA.ORG
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