ZARAGOZA (Por Irene Benito, especial para LA GACETA).- Con una fiesta muy vistosa, una demanda concreta -ejecutar acciones urgentes para detener la degradación de los recursos hídricos y la depredación económica de la naturaleza- y más de 5,5 millones de visitantes concluyó ayer la Exposición Internacional “Agua y Desarrollo Sostenible”, celebrada en la ciudad aragonesa de Zaragoza.
La muestra incluyó un stand de Argentina, donde tuvieron un protagonismo excluyente el glaciar Perito Moreno y las cataratas del Iguazú. El país presentó los avances del Plan Nacional Federal de los Recursos Hídricos, considerado la primera política que el Estado emprende en materia de agua.
“Nuestro stand transmite lo que tenemos: un país hermoso y magnífico, que va de lo subtropical a lo austral”, explicó a LA GACETA el embajador Guillermo McGough, comisario de la muestra argentina.
El embajador subrayó la importancia de esta Expo para generar, por primera vez, un consenso sobre el agua. “La cuestión es muy delicada. A lo mejor nosotros, en Argentina, no somos conscientes del problema de la escasez, pero en el mundo hay muchos países muy sancionados y grandes desequilibrios en materia de reservas”, reflexionó el diplomático.
Por el cambio
Por otra parte, Víctor Viñuales, sociólogo español, director de la fundación Ecología y Desarrollo y autor del libro “Caja de herramientas para los constructores del cambio”, llevó una exhortación a la Expo de Zaragoza: “sabemos bastante sobre lo que ocurre, pero estamos paralizados. No necesitamos soñadores de realidades distintas, sino constructores del cambio”. Según el ecologista, la falta de interés de la población mundial en la problemática del agua obedece a que aún actúa como si fuese propietaria de los recursos naturales y no una mera inquilina. “El hecho de que hayamos abusado de un río hasta el punto de que ya no sea apto para nadar implica perjudicar gravemente a los jóvenes, los niños y las personas que no han nacido todavía”, ejemplificó.
El quid de la cuestión, según Viñuales, es transmitir correctamente el mensaje de que “sin biosfera no habrá producto bruto interno ni mercado”. Y que la vorágine de consumo que caracteriza a las sociedades contemporáneas es incompatible con el anhelo de la preservación medioambiental.
Fuente: La Gaceta de Tucumán
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