Pese a que no está entre los peores de Latinoamérica, los expertos de Transparencia Internacional juzgaron que proyectos como el del tren bala o cuestiones como la manipulación de los datos del INDEC no ayudaron a construir una imagen de gobierno "limpio".
Entre los aspectos negativos, el informe destacó además la falta de transparencia en la asignación de la pauta oficial y el "oscuro" financiamiento de la última campaña presidencial.
Al ranking 2008 lo lideran Dinamarca, Suecia y Finlandia, con 9,3 puntos sobre un total de 10, mientras que el último puesto es para Somalía, con un solo punto. Argentina, por su parte, suma un total de 2,9 puntos, no demasiado lejos de Venezuela -el país latinoamericano peor rankeado-, que terminó con 1,9.
Como en ediciones anteriores, Chile y Uruguay obtuvieron las mejores posiciones dentro de Latinoamérica, con 6,9 puntos, mientras que las peores posiciones fueron para Paraguay, Ecuador y Nicaragua, además de Venezuela.
"En los países más pobres, la corrupción puede ser una cuestión de vida o muerte, por ejemplo cuando está en juego el dinero para los hospitales o el agua potable", señaló la presidenta Huguette Labelle de Transparencia Internacional en un comunicado publicado en Berlín.
"La persistencia de altos niveles de corrupción y de pobreza que afectan a numerosos países en el mundo entero es comparable a una catástrofe humanitaria permanente y no debe ser tolerada", advirtió.
Desde 1995, esta ONG publica anualmente "un índice de percepción de la corrupción" que clasifica a 180 países en función del análisis de un grupo internacional de empresarios, expertos y universitarios. Este índice va desde 10 para un Estado considerado "limpio" a cero para un Estado considerado "corrupto".
"Luchar contra la corrupción requiere un control fuerte por medio de los parlamentos, de las fuerzas de ejecución de la ley, los medios de prensa independientes y una sociedad civil dinámica", considera Labelle.
"Cuando esas instituciones son débiles, la espiral de la corrupción escapa a todo control con horribles consecuencias para el pueblo, y generalmente para la justicia y el respeto de la igualdad", destacó.
Entre los aspectos negativos, el informe destacó además la falta de transparencia en la asignación de la pauta oficial y el "oscuro" financiamiento de la última campaña presidencial.
Al ranking 2008 lo lideran Dinamarca, Suecia y Finlandia, con 9,3 puntos sobre un total de 10, mientras que el último puesto es para Somalía, con un solo punto. Argentina, por su parte, suma un total de 2,9 puntos, no demasiado lejos de Venezuela -el país latinoamericano peor rankeado-, que terminó con 1,9.
Como en ediciones anteriores, Chile y Uruguay obtuvieron las mejores posiciones dentro de Latinoamérica, con 6,9 puntos, mientras que las peores posiciones fueron para Paraguay, Ecuador y Nicaragua, además de Venezuela.
"En los países más pobres, la corrupción puede ser una cuestión de vida o muerte, por ejemplo cuando está en juego el dinero para los hospitales o el agua potable", señaló la presidenta Huguette Labelle de Transparencia Internacional en un comunicado publicado en Berlín.
"La persistencia de altos niveles de corrupción y de pobreza que afectan a numerosos países en el mundo entero es comparable a una catástrofe humanitaria permanente y no debe ser tolerada", advirtió.
Desde 1995, esta ONG publica anualmente "un índice de percepción de la corrupción" que clasifica a 180 países en función del análisis de un grupo internacional de empresarios, expertos y universitarios. Este índice va desde 10 para un Estado considerado "limpio" a cero para un Estado considerado "corrupto".
"Luchar contra la corrupción requiere un control fuerte por medio de los parlamentos, de las fuerzas de ejecución de la ley, los medios de prensa independientes y una sociedad civil dinámica", considera Labelle.
"Cuando esas instituciones son débiles, la espiral de la corrupción escapa a todo control con horribles consecuencias para el pueblo, y generalmente para la justicia y el respeto de la igualdad", destacó.
Fuente: Nuevo Diario de Salta - Edición 25-09-08
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